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PERIÓDICOS DE ALMERÍA

viernes, 18 de enero de 2019

Castillo de los Vélez

En el interior del castillo se pueden diferenciar claramente dos zonas. La primera, situada más al sur, posee planta rectangular encontrándose separada aproximadamente diez metros de la masa principal del edificio. La segunda zona, la del castillo propiamente dicho, presenta plana de forma hexagonal, rematando sus ángulos en torreones de protección. La unión entre estas dos zonas se salva mediante unas arcadas que protegen la pasarela de entrada y donde originariamente debió estar el puente levadizo.

La primera zona, la más meridional, se encuentra en alberca, destacando tan sólo la escalinata que se adosa a su flanco oeste y que permite el actual acceso al castillo, tras realizar un recodo en su último tramo. Esta escalinata facilita el acceso al cuerpo de la edificación. El castillo se articula en torno al Patio de Honor, de pequeñas proporciones y de planta cuadrada. Este patio distribuye las diferentes piezas en varias categorías. En su flanco norte se ubica la torre del Homenaje y las dependencias de carácter castrense. La torre del Homenaje presenta, tras la restauración efectuada recientemente, tres cuerpos, en cada uno de los cuales se ubica una dependencia de planta cuadrangular. El espigón defensivo, que parte de ella, presenta tan sólo dos pisos ambos de planta rectangular, aunque de diferentes proporciones. Los restantes espacios de esta zona castrense se adecuan a los diferentes lugares de tránsito entre unas dependencias y otras. Los flancos este y oeste del patio poseen actualmente dos pisos habiendo sido los dos ocupados por piezas domésticas y representativas de plantas rectangulares.



El ala sur del castillo acogía el Salón del Triunfo y de la Mitología, que fueron desmantelados a principios de siglo. En la actualidad en esta zona se pueden reconocer dos crujías. La primera se abre al patio de honor, mientras que la más meridional se orienta hacia el pueblo, destacando por ubicarse en ella los señoriales miradores. Ambas crujías están comunicadas entre sí por arcos muy rebajados, presentando plantas rectangulares en la primera y sensiblemente poligonal en la situada más al sur.

Todo el castillo está rematado por una terraza transitable, que comunica las diferentes alas del edificio. Un elemento de interés a destacar es el dintel de la puerta que da acceso a los salones del ala meridional del Castillo, por ser el único resto original conservado de mármol y situados en su lugar primitivo. La labra de este es muy simple, aunque puede dar idea de la grandeza del castillo antes de la venta de su patio.
Al exterior, el castillo sólo posee una portada de ingreso. Ésta, situada en su lado meridional se alcazaba tras salvar antiguamente el puente levadizo y, en la actualidad, la pasarela de comunicación con la fortificación militar. Su portada es muy sencilla, formándose con un vano adintelado en la que tan sólo resaltan las trazas de las diferentes dovelas. Rematando el conjunto, se encuentra el escudo nobiliario de los Vélez.



Datos Históricos

El lugar ha sido ocupado en distintas épocas. Se conocen algunos hallazgos de monedas romanas, aunque no se sabe el alcance e importancia de dicha instalación. Durante época árabe se instala una alcazaba que ocupa todo el cerro. Prueba de ello son los numerosos restos constructivos que aparecen en las laderas sur, levante y norte. Se documentan numerosos materiales cerámicos y algunos lienzos de muralla que dan idea de las dimensiones que pudo tener dicha fortaleza. Al conjunto también pertenecen un aljibe y una mezquita. Éstos se sitúan en las laderas sureste y este respectivamente. Tras la reconquista, sobre estos restos se construirá el castillo. 

Los Reyes Católicos para incorporar a la corona la ciudad de Cartagena, que pertenecía en señorío al adelantado de Murcia don Pedro Fajardo y Chacón, le dieron por permuta de esta, Vélez Blanco y Vélez Rubio, pueblos mudéjares fronterizos al reino de Murcia. De esta forma, don Pedro Fajardo y Chacón se convertía en el primer marqués de Vélez, obteniendo además de estos pueblos, otros lugares vecinos y cuantiosas rentas. Así, el antiguo Veled-Albiad, se convertía en Vélez Blanco y pasaba a ser cabeza del marquesado de los Vélez. Don Pedro Fajardo llegaba a Vélez Blanco en 1505, fijando allí su residencia. Antes incluso de concluir su magnífica capilla de los Vélez en la Catedral de Murcia ya emprendió el marqués la obras de su residencia palaciega, el Castillo de Vélez Blanco.



En 1506, sobre los cimientos de la antigua fortaleza comenzaba la construcción del castillo-palacio, culminándose en 1515. En el castillo vivieron los Fajardo durante todo el siglo XVI, permaneciendo en él hasta finales del siglo XVII, momento en el que se extingue la línea directa de sucesión. Los años que siguieron fue habitado con irregularidad, hasta que ya en el siglo XIX, después de la invasión francesa y tras los cambios sociales del país, el castillo fue abandonado casi por completo.

A partir de 1904 comienza el desalojo por parte de los propietarios de todo aquello que el inmueble tenía de valor. La pieza mas importante, su patio renacentista, fue vendida en mayo del mismo año al decorador francés J. Goldberg, quien lo lleva primero a Marsella y después a París, junto con los artesonados y otras grandes piezas del Palacio. En 1913 los mármoles del patio fueron vendidos a George Blumenthal para su casa en Park Avenue, Nueva York. En 1945, tras su muerte, es cedido al Metropolitan Museum de Nueva York, donde casi veinte años después fue montado tal y como hoy existe. En la actualidad, después de varias restauraciones efectuadas principalmente durante los años 1963, 1965, 1970, 1979 y la última de 1982, el edificio puede contemplarse con cierta coherencia.


En cuanto al arquitecto encargado de la construcción del edificio no se conoce. Por lo que se refiere a los relieves del patio, según Olga Raggio, los autores debieron se los mismos que realizaron el patio del vecino Castillo de la Calahorra. Para esta autora el patio, de claras influencias italianizantes, se debe a las manos de el capataz de la obra de la Calahorra, Egidio de Gandria y sus tres compañeros Giovanni y Baldassare de Gandria y Pietro Antonio de Curto de Carona.

Gárgola. 
Detalles del castillo.
Escudo de los Vélez.
Detalles del castillo.
Detalles del castillo.



Ubicación

Fotos: David Téllez


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