Mojácar hunde sus raíces, que aún hoy palpables, en un legado cultural rico y variado, que dejará marcado para siempre el carácter de sus habitantes y la fisonomía de su pueblo.
A comienzos del siglo VIII, el sureste peninsular, entre otros, conoció la irrupción de los ejércitos árabes y el inicio de la larga etapa musulmana, si bien se han hallado restos que prueban que el actual emplazamiento de Mojácar fue habitado por el hombre prehistórico, sabemos que entre los siglos VI –VII d.C., y hasta mediados del siglo XIII, este “ Monte Sacrum” estuvo en lo que conocemos actualmente como Mojácar la Vieja, primero visigoda y luego musulmana. Un montículo piramidal junto al río Aguas, que se abastecía de uno de los aljibes más impresionantes de los conservados del antiguo reino de Granada. A finales del siglo XIII es cuando el lugar comienza a ser abandonado y se empieza a formar el núcleo urbano de Mojácar actual. Es posible que la antigua población fuera destruida por un terremoto, o bien porque sus habitantes acosados por los cristianos, buscaran un enclave más protegido. En el año 1488, todos los Alcaides de la comarca acudieron a rendirse ante los Reyes Católicos, excepto el de Mojácar. Por esto, enviaron al Capitán Garcilaso de la Vega a entrevistarse en La Fuente, donde Alabez (Alcaide de Mojácar en aquel momento) explicaba, los motivos por los que nos se había rendido:
“Yo soy tan español como vos cuando llevamos los de mi raza más de setecientos años de vivir en España nos decís que nos marchemos. Yo no hice nunca armas contra los cristianos, creo justo pues que se nos trate como hermanos, no como enemigos y se nos permita seguir labrando nuestra tierra”. Y añade: “Yo antes de entregarme como un cobarde, sabré morir como un español.”
A mediados del siglo XIX se descubre un rico filón de plata en Sierra Almagrera, haciendo que Mojácar y alrededores crezcan en riqueza y habitantes. El comienzo de la II República ve como se cierran todas las minas, provocando una oleada de emigraciones hacia Argentina y Estados Unidos. En los años 50 y posteriores , empezó a llamar la atención de pintores almerienses Jesús de Perceval, Miguel Canton, Diego Fabrega, Cristóbal Fernández entre los muchos que les cautivó su luz y costumbres, otros bohemios o Artistas que venía a buscar su luz y paz para nuevas creaciones, el Movimiento Indaliano, que encuentra su capital estética y sus raíces en Mojácar y que propaga por toda España su nombre, su magia y sus encantos.
Fuente.- Cultura Mojaquera, Ayuntamiento y mojacar.es y autor..
Fotos de Kurt Hiesscher, ALPI, PARES
Fotos de amigos y antiguas postales.
Enlace a Fuente Principal: Joaquín Berenguel
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