En el colegio Sagrada Familia en la zona del barrio alto por la avenida de Santa Isabel- donde entonces vivía- algo más que una leyenda era todo cuanto se decía acerca del fantasma de Ricardito que solía hacer travesuras en las aulas del colegio –se cambiaban solas las cosas de sitio-y que entre los más pequeños solo pronunciar su nombre producía pavor. Seguro que algún adulto alimentó esta historia para que los niños fuesen más obedientes”.
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