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martes, 11 de febrero de 2025

Fiesta del Pan (Lubrín)

 Una de las celebraciones que mayor público atrae, y que goza de la Declaración de Interés Turístico en Andalucía, es la popularmente conocida como Fiesta del Pan en honor a San Sebastián, que tiene lugar en Lubrín los días 19 y 20 de enero. Su singularidad radica en la participación en el ritual de cuatro grupos de agentes, los lanzadores y lanzadoras que arrojan panes desde los balcones al paso del Santo a modo de ofrenda, los jóvenes organizados en peñas que luchan por coger el mayor número de roscos durante el recorrido, los vecinos encargados de conducir el trono con gran maestría ante la avalancha de público que rodea a la imagen y grupo de los observadores, formado por los vecinos y turistas, que presencian el ceremonial desde lugares estratégicos del callejero urbano.  Su popularidad ha crecido con el tiempo, estando su continuidad asegurada y convirtiéndose en una importante seña de identidad para el pueblo de Lubrín. 

Orígenes documentados o atribuidos Los orígenes de esta celebración popular del pan se remontan a una época en la que Almería se vio afectada por la peste y la pobreza, la desigualdad y la hambruna. Entonces, los habitantes de Lubrín, creyentes devotos de San Sebastián, expidieron plegarias al Santo hasta que la fortuna cambió su rumbo y Lubrín se vio recuperada y bien provista de alimentos para todos sus habitantes. Otros aducen que, en realidad, esta celebración tiene su comienzo en épocas en las que, a causa de ver tanta miseria, los párrocos de la iglesia tomaron la iniciativa de salir por las calles a repartir pan a los pobres y que así, poco a poco, fue tornándose una costumbre popular de origen religioso. Esta fiesta ha sido declarada de interés turístico de Andalucía. Preparativos Son numerosos los preparativos que lleva a cabo el Ayuntamiento de Lubrín semanas antes del día del patrón. La Iglesia, así como algunas devotas de San Sebastián, son los responsables de la especial decoración a base de roscas de pan del trono y de los actos religiosos que forman parte del ceremonial. Desarrollo Las celebraciones en honor a San Sebastián comienzan la víspera de la festividad. El 19 de enero comienzan los actos. A las ocho de la tarde se celebra una misa en la Iglesia Nuestra Señora del Rosario, situada en la calle Iglesia e inmediatamente después comienza la procesión en honor al patrón de Lubrín, donde la imagen de San Sebastián hace su salida de la Iglesia parroquial Nuestra Señora del Rosario, para tomar la calle Iglesia hasta llegar a la Plaza de la Constitución, la calle Álvaro de Sotomayor, calle Cruz y vuelta a la calle Iglesia para quedar custodiada en el templo. 

El día 20 de enero es el día grande de la festividad celebrada en honor a San Sebastián. Tras la misa solemne celebrada a las once aproximadamente de la mañana, comienza la procesión y los vecinos de Lubrín se apresuran a ocupar sus posiciones e iniciar el recorrido procesional. Este recorrido es idéntico al que se celebra la tarde anterior, pero su duración es muy superior debido a las constantes paradas que se realizan para recibir las ofrendas de pan.

El pueblo de Lubrín al completo participa de este ceremonial, aunque la intervención de los participantes se manifiesta a través de diferentes comportamientos. Existen cuatro grupos sociales bien diferenciados que representan diferentes papeles durante el ceremonial. Estas funciones se heredan y transmiten en el seno familiar. 

Un primer grupo está formado por los lanzadores y lanzadoras, grupo de personas encargadas de lanzar los panes desde los balcones. Las calles que forman parte del recorrido procesional adquieren durante el ceremonial una especial relevancia y valor simbólico, ya que sus vecinos serán los responsables de dotar al ceremonial de espectacularidad a través de la ofrenda de pan.  

Otro de los grupos intervinientes son los vecinos encargados de conducir el trono (que realiza su traslado en ruedas), labor que requiere de una gran maestría, debido a la avalancha de público que rodea al trono durante todo el recorrido procesional. Este grupo está formado por vecinos expertos, encargados de proteger y custodiar el trono de posibles daños que pueda sufrir durante el traslado. 

Un tercer grupo está formado por individuos, generalmente jóvenes organizados en peñas, que luchan por coger el mayor número de roscos durante el recorrido. Este grupo, conocido popularmente como "rosqueros", aportan colorido y alegría al ceremonial, y se diferencian del resto de participantes por el vestuario que emplean y que confeccionan especialmente para honrar al Santo.

Finalmente, aunque con una participación menos activa, está el grupo de los observadores, formado por los vecinos y turistas que presencian el ceremonial desde lugares estratégicos del callejero urbano.  

El recorrido procesional que tiene lugar el día 20 de enero incluye el mismo itinerario que la procesión que se realiza la víspera de San Sebastián, que a diferencia de aquél, cuenta con una menor presencia de público. El recorrido procesional se desarrolla con gran desorden, a pesar de la mencionada diferenciación de grupos sociales que intervienen en el ceremonial. Los asistentes se aglutinan alrededor del trono y entre empujones compiten por rescatar el mayor número de panes al vuelo. Son numerosos los turistas provenientes de municipios vecinos e incluso de otras comarcas que acuden a presenciar esta particular manifestación, que hoy en día se ha convertido en un acontecimiento de gran atractivo turístico.

Llegados al templo la comitiva entona el himno en honor a San Sebastian, cuya  letra es la que sigue:


"Pues eres nuestro patrón,

¡ Oh Sebastián victorioso,

Ampara, mártir glorioso,

A quién te pide el favor!

Ampara mártir glorioso

A quién te pide el favor! (bis)


Por tu gracia celestial 

Libras de necesidades,

Siendo, de las enfermedades, 

Medicina universal.


Todo el mundo en general,

Te proclama protector,

¡ampara, mártir glorioso,

A quién te pide el favor! (bis)


Pues eres nuestro patrón

¡oh Sebastián victorioso

Ampara, mártir glorioso,

a quién te pide el favor!"


Finalizada la procesión, el público asistente al ceremonial se concentra en la Plaza de la Constitución, centro social de Lubrín, para concluir la celebración con un almuerzo popular. Familias al completo acuden con alimentos caseros elaborados generalmente por las mujeres, en el que no pueden faltar las habas frescas y el vino. El Ayuntamiento de Lubrín es el encargado de la habilitación de la Plaza con mesas y de la contratación de la orquesta que amenizará la verbena el resto del día.

 Transformaciones

El ceremonial que se celebra en Lubrín en honor a San Sebastián ha ganado con los años una espectacularidad y colorido que imprimen, por un lado, las peñas de jóvenes que vitorean al Santo durante todo el recorrido y, por otro, la tradicional ofrenda de pan. Era habitual que los vecinos más adinerados de la localidad ofrecieran dinero y flores al Santo, en una época en la que los recursos económicos eran escasos. El recorrido procesional era más complejo debido al peso del trono, ya que su traslado se efectuaba a hombros, generalmente por la población masculina. Los vecinos más desfavorecidos del municipio de Lubrín (muchos de ellos pertenecientes a la etnia gitana) eran los encargados de portar el trono durante el recorrido procesional. Con el tiempo, y debido a la falta de voluntarios, las andas del trono fueron sustituidas por una estructura de ruedas que facilita el traslado de la imagen. 


En el pasado esta celebración gozaba de un marcado carácter religioso. Hoy en día la relajación de las normas sociales y la ausencia de preceptos religiosos de obligado cumplimiento han alterado el ceremonial; hecho que no goza de la complacencia y agrado de los mayores de la localidad. Con el paso del tiempo se han ido sumando una serie de elementos identificativos del ritual, como es el pañuelo rojo o las camisetas que visten las diferentes peñas. Estas manifestaciones no existían en épocas en las que el ritual no gozaba de tanta popularidad. 


Uno de los cambios más visibles, que caracterizan actualmente al ceremonial, es el gran despliegue de medios (habilitación de mesas y contratación de la orquesta que amenizará la verbena) que realiza el Ayuntamiento para organizar el almuerzo popular, uno de los eventos más esperados por los asistentes. En el pasado los vecinos se desplazaban, finalizada la procesión, a diferentes locales del municipio o a sus propios hogares, donde degustaban las roscas de pan (que generalmente acompañaban con atún o anchoas); se trataba de una manifestación mucho más discreta que la que tiene lugar hoy en día. Los vecinos concluían el "Día del Santo" con una gran celebración en la Plaza de la Constitución, donde degustaban las roscas de pan en compañía de familiares y amigos. 


Organizadores 

El Ayuntamiento de Lubrín es el encargado de la organización de las fiestas patronales. La contratación y organización de los eventos es una de las funciones principales del comité organizador. 


Financiadores 

El Ayuntamiento de Lubrín es el principal financiador de este ceremonial. 


Fuente: Guía Digital

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