Es un nacimiento de aguas termales situado en la barriada de Cela en el límite con el municipio de Tíjola y es sin duda uno de los atractivos naturales más destacados del Valle del Almanzora. Esta zona ha sido desde la prehistoria lugar de antiguos asentamientos y culturas. El nombre parece provenir del latín “Cella”, monasterio, celda. El lugar es una auténtica laguna natural famosa ya en época romana. La transcripción de una lápida encontrada en su entorno parece confirmarlo: “Voconia Avita, hija de Quinto, construyó a sus expensas y en su propio terreno unas termas para su comunidad Tagilitana. Inauguró éstas mismas tras haber ofrecido un banquete público y haber celebrado representaciones circenses. Y donó a la comunidad de Tagili dos mil quinientos denarios para la conservación de esta obra y el mantenimientos perpetuo de las termas”.
Las aguas emergen de manera natural con un caudal constante de 42 litros por segundo y una temperatura que se mantiene en las distintas épocas del año entre 22 y 24 grados centígrados. Aunque antiguamente servía de abrevadero de ganado, estas aguas tienen propiedades medicinales para distintos tipos de enfermedades.
Las aguas de Cela riegan una rica vega y se reparten entre los municipios de Lúcar, Tíjola y Armuña. En la actualidad, la Balsa de Cela ha sido históricamente el lugar preferido para el baño por los habitantes de la comarca pasando de ser un refugio de ninfas a convertirse en la iniciativa turística más importante y visitada del Valle del Almanzora. La celebración de la Noche de San Juan con cientos de personas bañándose en la balsa es quizás uno de sus instantes más mágicos y evocadores.
Fuente:andaluciarustica.com
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