La fortaleza costera de San Pedro, ubicada en la playa del mismo nombre, entre las poblaciones de las Negras y Aguamarga (término municipal de Níjar) comenzó por ser una torre artillada construida a finales del siglo XVI, y debido a diversas intervenciones acabó transformada en un castillo.
Cala San Pedro. |
Los muros están realizados en mampostería con sillares en los ángulos y revestimiento de cantería. La puerta da acceso a un patio que salva el desnivel de la pendiente y se remata por un grueso bocel. Sobre él se aprecian restos de almenas, y en el ángulo la repisa ultra semicircular de una garita. A la izquierda del patio se levanta una estructura compuesta por una planta y terraza. La masa de la torre, ligeramente troncocónica, posee una estancia baja y una terraza, destacando entre sus vanos adintelados uno que en la parte posterior se rodea de una incisión y otro más estrecho del que sólo quedan las ménsulas.
Desde su construcción sufrió ataques permanentes por parte de dotaciones de moriscos que continuamente pretendían incursiones en las costas del Cabo de Gata, además de desperfectos tras el terremoto del 31 de diciembre de 1658, por lo que hubo de ser restaurada. En 1695, se procedió a la realización de obras de ampliación de la torre de San Pedro, construyéndose una plataforma artillada adosada a la torre original, que sería sometida nuevamente a una posterior ampliación, a mediados del siglo XVIII.
En 1735, el ingeniero Felipe Crame firmó los planos de un diseño para la ampliación de la torre de San Pedro, que dentro del dispositivo de defensa del Cabo de Gata, quedaría incluida en un castillo que triplicaba la superficie de la torre original. El castillo de San Pedro se convertiría en la segunda en importancia del sistema defensivo litoral, 10 piezas de artillería, que quedaban por debajo solo del fuerte de San José que contaba con 14.
Según la "Relación del estado de todos los puertos fortificados de los ocho Partidos de la costa del Reino de Granada, dividido en Mandos, desde Calatarage, que da principio en el Reino de Andalucía, hasta San Juan de los Terreros, que confina con el de Murcia", elaborada por el mariscal de campo Antonio María Bucareli, "estaba dotado de alcaide, guarda almacén y doce soldados. Tenía dos cañones de a cuatro, los dos útiles y tres de a seis inútiles. Además, pertenecía a don Joseph de Almansa, vecino de Almería".
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