Algunas poblaciones de la provincia de Almería que celebran las fiestas en honor a San Sebastián mantienen entre sus actos festivos el tradicional reparto de roscos bendecidos entre los asistentes. En la localidad de Gádor esta tradición se transformó peculiarmente: el desplazamiento al campo para la celebración de la Fiesta de las Migas en el paraje de la Zorracana se formuló como una nueva ruptura con lo cotidiano aprovechando la festividad religiosa.
Este tradicional comensalismo, que cuenta aproximadamente con una década de celebración, tuvo su origen en unas migas comunales organizadas por el ayuntamiento. Sin embargo los propios vecinos y el mismo ayuntamiento tomaron la iniciativa de que cada año los grupos de vecinos y familiares elaboraran sus propias migas en su sartén con la harina que el ayuntamiento les facilitase.
La mañana del domingo de las Fiestas de San Sebastián varios trabajadores del ayuntamiento llegan al lugar del evento cargados con paquetes de sémola de harina. Frente a la plaza antigua de toros de Gádor colocan una pequeña barra para repartir la harina entre todos los asistentes. Varios grupos de familiares y amigos se van acercando al paraje de la Zorracana también conocido como Mirador del Andarax, otros recogen la madera que el ayuntamiento facilita y coloca en el centro del paraje, y algunos bajan hacia la plaza de toros para recoger la harina.
Normalmente son los hombres los que preparan la hoguera en la que se elaborarán las migas, mientras que las mujeres las cocinarán. Las mujeres que anteriormente han preparado los utensilios necesarios para la elaboración de las migas van sacando para su consumo algunos de los platos que previamente han elaborado en sus hogares.
Las migas comienzan a elaborarse en torno a las 13:00 h., una vez estén listas las ascuas. En un perol se echa el aceite y una vez caliente, se agrega un litro de agua por un kilo de sémola de trigo. Con una espátula se va removiendo el contenido hasta que las migas "queden sueltas". También se suele freír tocineta, chorizo y pimientos verdes para acompañar las migas.
Una vez se han elaborado las migas, todos los miembros se sientan a la mesa para comer. Aunque también es tradicional que mientras se van elaborando las migas se degusten los platos que se han preparado previamente.
La idiosincrasia de la Fiesta de las Migas en Gádor reside en su carácter comunal, traduciéndose en la participación de los vecinos del pueblo que se estructuran en distintos núcleos o reuniones en las cuales, la mesa, se manifiesta como el eje vertebrador. Las relaciones sociales se fomentan con el intercambio de invitaciones entre distintos grupos que a su vez mantienen algún vínculo.
Hoy día el consumo de migas, asociado antiguamente a una economía de subsistencia, se integra en muchos acontecimientos festivos. La revalorización del pasado gastronómico se presenta ahora en la identidad colectiva como la añoranza de la cocina del pasado, en la que todo se cocinaba a "fuego lento" y los alimentos eran de gran calidad.